¿Por qué tanta cosa con Halloween?
A pesar de los disfraces espeluznantes, las bromas desagradables y otras tradiciones escalofriantes, la historia sugiere que en realidad el nombre “Halloween” proviene de una celebración cristiana.
Desde la antigüedad muchos cristianos han celebrado la víspera del Día de Todos los Santos, que tenía lugar el 1 de noviembre. La tradición comenzó en conmemoración de aquellos mártires perseguidos por su fe y que lucharon para obtener libertades religiosas. También fue el 31 de octubre de 1517 que un sacerdote llamado Martín Lutero denunció públicamente ciertas acciones en la iglesia en ese entonces (la compra del perdón de Dios para escapar del castigo por los pecados). Sus argumentos ayudaron a provocar grandes cambios en la iglesia.
Pero Halloween también tiene vínculos a las tradiciones paganas, como el intento de apaciguar y comunicarse con los muertos. La gente se disfrazaba grotescamente o tallaba rostros espeluznantes en vegetales para protegerse de los espíritus errantes.
Así pues, con tantas maneras de celebrar Halloween, es importante desarrollar tu propio criterio según tus propias convicciones.
Independientemente de lo que elijas, Halloween no tiene por qué enfocarse en la muerte y la oscuridad que tan a menudo están asociadas con este día festivo. Han pasado más de 2,000 años desde que Jesucristo vino al mundo para separarnos de la muerte y la oscuridad; para darnos esperanza y luz y salvarnos de las terribles consecuencias del pecado.
Es verdad, en el mundo existe una gran oscuridad espiritual pero con Cristo, no hay porque temerla.
Puedes escapar del temor que podría estar invadiendo tu vida. ¿Cómo? ¡Sigue leyendo!
Paso 1 – El propósito de Dios: la paz y la vida
Paso 2 - El problema: nuestra separación de Dios
Paso 3 - El puente de Dios: la Cruz
Paso 4 - Nuestra respuesta: recibir a Cristo
- Admite tu necesidad. (Soy un pecador).
- Decide en tu corazón apartarte de tus pecados. (Arrepiéntete).
- Cree que Jesucristo murió por ti en la cruz y resucitó de la muerte. (Sé salvo por la fe).
- Ora a Dios con tus propias palabras e invita a Jesucristo a controlar tu vida por medio del Espíritu Santo. (Recíbelo como Señor y Salvador).
“Querido Dios: Sé que soy un pecador y te pido perdón. Creo que Jesucristo es Tu Hijo. Creo que Él murió por mis pecados y que Tú lo resucitaste. Quiero confiar en Él como mi Salvador y seguirle como Señor desde este día en adelante. Guía mi vida y ayúdame a hacer tu voluntad.Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”.
¿Oraste para recibir a Jesucristo y comenzar una relación con Él?