Me pesa el corazón

El sufrimiento desencadena sentimientos de pérdida, tal vez por la muerte de un ser querido o el fracaso de una relación. Sin embargo, ese agonizante dolor en el alma no se produce únicamente por la ausencia de un ser querido.

También puede ser por el rechazo de la universidad de tus sueños o la rebeldía de un hijo que rehúsa devolver tus llamadas.

Este tipo de angustia puede ser una carga muy pesada. Y te puedes preguntar, ¿dónde está Dios?

Querido amigo, él está aquí y quiere que recuerdes las siguientes verdades:

1. No estás solo. A pesar de la agonía que sientes ahora, tu Padre Celestial no te ha abandonado. Él conoce tu dolor y está contigo. La Biblia dice, “el SEÑOR tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará” (Deuteronomio 31:6). Él lleva contadas las lágrimas que has derramado y también le duele el corazón, porque te ama. La Biblia nos recuerda que, “Cercano está el SEÑOR a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu” (Salmos 34:18). Habla con Dios abiertamente como lo harías con un amigo. Él te escucha y desea que te acerques a él.

2. Tú importas. El fracaso de una relación no define a los que encuentran su identidad en Jesucristo. La Biblia es muy clara: “Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el SEÑOR me recogerá” (Salmos 27:10). Al abrirle el corazón a Dios te conviertes en su hijo. Eres adoptado en la familia del Altísimo. Eres “apto para participar de la herencia de los santos en el reino de la luz” (Colosenses 1:12).

3. Tú vencerás. “Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37), dice la Biblia. Dios, en su santidad, te dió el deseo de amar y ser amado. Él no te puede fallar. Él secará tus lágrimas, levantará tu cabeza y te dará las fuerzas para seguir adelante.

4. No hay fecha límite. Tu victoria está asegurada en Jesús, pero no hay una fórmula específica para determinar el tiempo que dura la angustia. El proceso de recuperación requiere tiempo. El evangelista Billy Graham lo compara con una operación delicada: Así como la piel, los ligamentos y los músculos necesitan tiempo para sanar, así también tu estado emocional.

5. Volverás a amar. Más allá de vencer, Dios puede restaurar tu corazón si le dejas que te llene de su perfecto y fiel amor. Dios ha puesto en cada uno de nosotros un anhelo que sólo él puede llenar, y cuando eso sucede, podemos ser restaurados. Dios promete darnos, “un nuevo corazón, y un espíritu nuevo” (Ezequiel 36:26). Eso significa que volverás a amar. Puedes reponerte, si decides aceptar el amor inagotable de Dios.

Aprende a amar de nuevo de la manera correcta; inicia una relación con Jesucristo.

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Paso 1 – El propósito de Dios: la paz y la vida

Dios te ama y quiere que experimentes la paz y la vida eterna. La Biblia dice: “Tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. —Romanos 5:1 “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. —Juan 3:16 “Yo [Jesús] he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. —Juan 10:10 Entonces, ¿qué nos impide tener la vida que Dios ha planeado para nosotros?

Paso 2 - El problema: nuestra separación de Dios

Dios nos creó a su imagen y semejanza. Nos dio una voluntad y la libertad de elegir; nosotros elegimos desobedecer a Dios y seguir nuestros propios deseos. Esto se llama pecado y nos separa de Dios. La Biblia dice: “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios”. —Romanos 3:23 “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor”. —Romanos 6:23 Nuestra elección de pecar nos separa de Dios. La gente ha intentado muchas formas de acercarse a Dios para eliminar este distanciamiento. La Biblia dice: “Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte”. —Proverbios 14:12 “Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar”. —Isaías 59:2 No hay puente que pueda llevarnos a Dios... excepto uno.

Paso 3 - El puente de Dios: la Cruz

Jesucristo murió en la cruz y resucitó de la muerte. Al hacerlo, pagó la pena por nuestro pecado y tendió un puente entre nosotros y Dios. La Biblia dice: “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. —1 Timoteo 2:5 “Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios”. —1 Pedro 3:18 Dios ha proporcionado el único camino de vuelta a Él. Y tú debes elegir si quieres tomar ese camino.

Paso 4 - Nuestra respuesta: recibir a Cristo

Debemos confiar y recibir a Jesucristo como Señor y Salvador. La Biblia dice: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. —Juan 1:12 “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo”. —Romanos 10:9 ¿De qué lado estás? ¿Con Cristo o sin Él? He aquí cómo puedes aceptar a Cristo en tu vida: Te sugerimos que ores de la siguiente forma para aceptar a Cristo como tu Salvador:
 

“Querido Dios: Sé que soy un pecador y te pido perdón. Creo que Jesucristo es Tu Hijo. Creo que Él murió por mis pecados y que Tú lo resucitaste. Quiero confiar en Él como mi Salvador y seguirle como Señor desde este día en adelante. Guía mi vida y ayúdame a hacer tu voluntad.Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”.

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