Qué es el cielo

Muchas personas piensan que el cielo está en el espacio.

Si miraras hacia el cielo con un telescopio, no podrías encontrar el cielo. Sin embargo, estarías mirando en la dirección correcta.

Cuando Jesús vino a la tierra, la Biblia describe su llegada diciendo que «el hijo del hombre bajó del cielo» (Juan 3:13).

Después de su muerte y resurrección, Jesús regresó al cielo de la misma manera en que llegó:

«Después de decir esto, Jesús fue levantado en una nube mientras ellos observaban, hasta que ya no pudieron verlo. Mientras se esforzaban por verlo ascender al cielo, dos hombres vestidos con túnicas blancas de repente se pusieron en medio de ellos. «Hombres de Galilea—les dijeron—, ¿por qué están aquí parados, mirando al cielo? Jesús fue tomado de entre ustedes y llevado al cielo, ¡pero un día volverá del cielo de la misma manera en que lo vieron irse!» (Hechos 1:9-11, NTV).

Por lo tanto, es normal mirar hacia arriba cuando nos preguntamos: ¿el cielo es real? o ¿cómo puedo ir al cielo? Aunque la Biblia no describa la ubicación exacta del cielo, sí lo describe con detalle.

La Biblia describe el cielo como una ciudad hermosa: «Las doce puertas estaban hechas de perlas, ¡cada puerta hecha de una sola perla! Y la calle principal era de oro puro y tan cristalino como el vidrio». Aun Jesús, hablando del cielo, dijo «hay muchas habitaciones en la casa de mi Padre. Si no fuera así, ¿acaso les habría dicho que voy a prepararles un lugar?» (Juan 14:2).

El cielo es un lugar real donde tu alma y espíritu vivirán por siempre. Jesús testifica que el cielo es real, puesto que Él bajó del cielo y ahí regresó. Siendo pecadores, no podemos entrar al cielo por nuestra propia cuenta. Sin embargo, Jesús abrió el camino para que podamos llegar al cielo por medio de su sacrificio en la cruz.

Pon tu fe en Jesucristo hoy para asegurar que pasarás la eternidad en el cielo. Jesús dijo: «Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá aun después de haber muerto» (Juan 11:25).

Asegura tu lugar en el cielo hoy.

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Paso 1 – El propósito de Dios: la paz y la vida

Dios te ama y quiere que experimentes la paz y la vida eterna. La Biblia dice: “Tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. —Romanos 5:1 “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. —Juan 3:16 “Yo [Jesús] he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. —Juan 10:10 Entonces, ¿qué nos impide tener la vida que Dios ha planeado para nosotros?

Paso 2 - El problema: nuestra separación de Dios

Dios nos creó a su imagen y semejanza. Nos dio una voluntad y la libertad de elegir; nosotros elegimos desobedecer a Dios y seguir nuestros propios deseos. Esto se llama pecado y nos separa de Dios. La Biblia dice: “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios”. —Romanos 3:23 “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor”. —Romanos 6:23 Nuestra elección de pecar nos separa de Dios. La gente ha intentado muchas formas de acercarse a Dios para eliminar este distanciamiento. La Biblia dice: “Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte”. —Proverbios 14:12 “Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar”. —Isaías 59:2 No hay puente que pueda llevarnos a Dios... excepto uno.

Paso 3 - El puente de Dios: la Cruz

Jesucristo murió en la cruz y resucitó de la muerte. Al hacerlo, pagó la pena por nuestro pecado y tendió un puente entre nosotros y Dios. La Biblia dice: “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. —1 Timoteo 2:5 “Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios”. —1 Pedro 3:18 Dios ha proporcionado el único camino de vuelta a Él. Y tú debes elegir si quieres tomar ese camino.

Paso 4 - Nuestra respuesta: recibir a Cristo

Debemos confiar y recibir a Jesucristo como Señor y Salvador. La Biblia dice: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. —Juan 1:12 “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo”. —Romanos 10:9 ¿De qué lado estás? ¿Con Cristo o sin Él? He aquí cómo puedes aceptar a Cristo en tu vida: Te sugerimos que ores de la siguiente forma para aceptar a Cristo como tu Salvador:
 

“Querido Dios: Sé que soy un pecador y te pido perdón. Creo que Jesucristo es Tu Hijo. Creo que Él murió por mis pecados y que Tú lo resucitaste. Quiero confiar en Él como mi Salvador y seguirle como Señor desde este día en adelante. Guía mi vida y ayúdame a hacer tu voluntad.Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”.

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