Es hora de poner mi vida en orden.
Otro año, otra serie de resoluciones. ¿Qué estas resuelto hacer?
Tal vez tu resolución va más allá de la pérdida de peso o el ahorro financiero. Tal vez estás listo para una transformación: un nuevo comienzo. Pero ¿de verdad es posible?
A veces hacemos las conocidas resoluciones que resultan ser nada más que ilusiones. Es posible querer cambiar pero no es una resolución, hasta que no hagamos algo al respecto. Una verdadera resolución pone nuestros deseos en acción. Entonces, ¿qué puedes hacer?
La Biblia tiene mucho que decir sobre el deseo de superarnos. El apóstol Pablo dice en Romanos 7:18: «Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo». ¿Por qué es eso?
Como personas imperfectas a menudo nos atraen las cosas que no son buenas para nosotros. Tenemos un problema llamado ‘pecado’ que debilita nuestras almas; que nos impide hacer lo que bien sabemos que debemos hacer.
Así como una persona con una pierna rota no puede competir en una carrera, tampoco alguien con un alma rota no puede vivir correctamente. A veces empezamos a desviarnos por el camino equivocado y pensamos que no hay vuelta atrás…Pero no es así.
Tal vez te molesta hacia dónde se dirige tu vida, pero no es demasiado tarde para dar vuelta atrás. El cambio es posible con Jesucristo. La Biblia nos dice en 2 Corintios 5:17: «Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!».
Sólo Cristo puede transformarnos y darnos fuerzas para vivir como debemos. Este año, resuelve seguir sus pasos. Esto no garantiza un año perfecto, sin estrés, pero te garantiza un amigo que te guíe, y la alegría de estar con él para siempre.
Paso 1 – El propósito de Dios: la paz y la vida
Paso 2 - El problema: nuestra separación de Dios
Paso 3 - El puente de Dios: la Cruz
Paso 4 - Nuestra respuesta: recibir a Cristo
- Admite tu necesidad. (Soy un pecador).
- Decide en tu corazón apartarte de tus pecados. (Arrepiéntete).
- Cree que Jesucristo murió por ti en la cruz y resucitó de la muerte. (Sé salvo por la fe).
- Ora a Dios con tus propias palabras e invita a Jesucristo a controlar tu vida por medio del Espíritu Santo. (Recíbelo como Señor y Salvador).
“Querido Dios: Sé que soy un pecador y te pido perdón. Creo que Jesucristo es Tu Hijo. Creo que Él murió por mis pecados y que Tú lo resucitaste. Quiero confiar en Él como mi Salvador y seguirle como Señor desde este día en adelante. Guía mi vida y ayúdame a hacer tu voluntad.Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”.
¿Oraste para recibir a Jesucristo y comenzar una relación con Él?