¿CÓMO AFRONTAR TANTA INSEGURIDAD?
Para muchos puertorriqueños la estabilidad económica parece más un sueño que una realidad. Quizá eres una de esas personas que después de mucho esfuerzo y preparación para hacerle frente a la vida, hoy sufres una gran decepción, y tu esfuerzo parece haber sido en vano.
Nuestros líderes no han podido detener el derrumbe económico, ni las severas consecuencias en la isla.
Ante un futuro tan incierto, puedes encontrar descanso y seguridad en el único Dios verdadero; aquel que nunca cambia y siempre es fiel a sus promesas. La Biblia dice “no se inquieten por nada…la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).
Es tan grande el amor y la misericordia de Dios que él mismo se encargó de resolver la mayor crisis del ser humano: el pecado, esa tendencia que nos arrastra por el camino equivocado.
Dicha solución tiene nombre: Jesús.
Sigue leyendo para que sepas cómo él lo hizo, y cómo tú puedes disfrutar de la paz y seguridad que tanto necesitas.
COMPARTELO CON UN AMIGO:
Paso 1 – El propósito de Dios: la paz y la vida
Dios te ama y quiere que experimentes la paz y la vida eterna.
La Biblia dice:
“Tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
—Romanos 5:1
“Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”.
—Juan 3:16
“Yo [Jesús] he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”.
—Juan 10:10
Entonces, ¿qué nos impide tener la vida que Dios ha planeado para nosotros?
Paso 2 - El problema: nuestra separación de Dios
Dios nos creó a su imagen y semejanza. Nos dio una voluntad y la libertad de elegir; nosotros elegimos desobedecer a Dios y seguir nuestros propios deseos. Esto se llama pecado y nos separa de Dios.
La Biblia dice:
“Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios”.
—Romanos 3:23
“Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor”.
—Romanos 6:23
Nuestra elección de pecar nos separa de Dios. La gente ha intentado muchas formas de acercarse a Dios para eliminar este distanciamiento.
La Biblia dice:
“Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte”.
—Proverbios 14:12
“Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar”.
—Isaías 59:2
No hay puente que pueda llevarnos a Dios... excepto uno.
Paso 3 - El puente de Dios: la Cruz
Jesucristo murió en la cruz y resucitó de la muerte. Al hacerlo, pagó la pena por nuestro pecado y tendió un puente entre nosotros y Dios.
La Biblia dice:
“Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”.
—1 Timoteo 2:5
“Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios”.
—1 Pedro 3:18
Dios ha proporcionado el único camino de vuelta a Él. Y tú debes elegir si quieres tomar ese camino.
Paso 4 - Nuestra respuesta: recibir a Cristo
Debemos confiar y recibir a Jesucristo como Señor y Salvador.
La Biblia dice:
“Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”.
—Juan 1:12
“Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo”.
—Romanos 10:9
¿De qué lado estás? ¿Con Cristo o sin Él?
He aquí cómo puedes aceptar a Cristo en tu vida:
- Admite tu necesidad. (Soy un pecador).
- Decide en tu corazón apartarte de tus pecados. (Arrepiéntete).
- Cree que Jesucristo murió por ti en la cruz y resucitó de la muerte. (Sé salvo por la fe).
- Ora a Dios con tus propias palabras e invita a Jesucristo a controlar tu vida por medio del Espíritu Santo. (Recíbelo como Señor y Salvador).
Te sugerimos que ores de la siguiente forma para aceptar a Cristo como tu Salvador:
“Querido Dios: Sé que soy un pecador y te pido perdón. Creo que Jesucristo es Tu Hijo. Creo que Él murió por mis pecados y que Tú lo resucitaste. Quiero confiar en Él como mi Salvador y seguirle como Señor desde este día en adelante. Guía mi vida y ayúdame a hacer tu voluntad.Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”.
¿Oraste para recibir a Jesucristo y comenzar una relación con Él?