Nuevamente es esa época en el año: El Día de Acción de Gracias. Tiempo para la familia, pavo, y quizás el football americano. ¿Pero qué pasa cuando el pensamiento de la festividad te hace querer salir corriendo? ¿Cuándo el dar gracias lo que te da es un dolor de cabeza?
Aquí hay 5 razones por las cuales quizás no estás muy contento de que sea el Día de Acción de Gracias – luego continúa leyendo y encontrarás qué puedes hacer al respecto.
- Drama familiar: Nada parecido a los comerciales donde las familias sonríen y se pasan la canasta decorada con los panecillos alrededor de la mesa. Tú solo quieres terminar la comida para poder salir de ahí.
- Todo el trabajo cae sobre ti. Te encuentras limpiando con una mano y cocinando el pavo con la otra. Te encuentras todo un manojo de nervios y de repente tocan a la puerta.
- Viajar requiere tiempo y dinero. Quizás la familia te podría visitar a tí para un cambio. Ok, fue un mal chiste.
- Tienes que trabajar. El Día de Acción de Gracias es como cualquier otro día – quizás uno más ocupado. ¿Acaso no puede uno descansar un poco?
- ¿De qué puedes estar agradecido? Ha sido un año muy duro, y realmente no tienes fuerzas como para pretender que estas feliz. Incluso la palabra “Gracias” te deja murmurando sobre tu puré de papas.
Las buenas noticias son: no tiene que ser así. Aquí hay 5 consejos para hacer que este año el Día de Acción de Gracias sea uno mejor.
- Ver la familia puede ser algo bueno. Demuestra que son importantes para ti. Puedes bendecir a otros al escuchar y alentar.
- La preparación para el Día de Acción de Gracias no es una pequeña tarea. Prepara una lista de lo que debes hacer y cuando. Si puedes hornear o congelar parte de la cena con anticipación, hazlo. Pídele a la familia y a tus amistades que ayuden con los preparativos y si esto no es una opción, opta por preparar una cena pequeña que esté a tu alcance.
- Viajar puede ser estresante. Separa un tiempo para estar a solas y asegúrate de mantenerlo. Disfruta esos momentos de calma y pídele a Dios que te ayude a no molestarte si las cosas no salen como fueron planeadas.
- Quizás tengas que trabajar en Día de Acción de Gracias, pero aún puedes enfrentar el día con una actitud positiva. Busca maneras de motivar a las personas que te rodean. Dile a tus compañeros de trabajo lo que aprecias sobre ellos, o provéeles algunas delicias caseras.
- Los problemas existen, y no hay que pretender lo opuesto. Pero no dejes que los problemas limiten tu vida. ¿Sobre qué cosas podrías dar gracias? ¿Tu salud? ¿Tu familia? ¿Tu hogar? ¿Qué tal aquellas pequeñeces que pasamos por alto? Prepara una lista.
Aquí un reto más para ti: durante esta festividad, descubre una razón aún más grande por la cual estar agradecido. Esa razón, es la libertad que encontramos en Jesucristo. Con Jesucristo, tenemos esperanza y dirección, no solo el Día de Acción de Gracias, pero cada día de nuestras vidas.
Paso 1 – El propósito de Dios: la paz y la vida
Paso 2 - El problema: nuestra separación de Dios
Paso 3 - El puente de Dios: la Cruz
Paso 4 - Nuestra respuesta: recibir a Cristo
- Admite tu necesidad. (Soy un pecador).
- Decide en tu corazón apartarte de tus pecados. (Arrepiéntete).
- Cree que Jesucristo murió por ti en la cruz y resucitó de la muerte. (Sé salvo por la fe).
- Ora a Dios con tus propias palabras e invita a Jesucristo a controlar tu vida por medio del Espíritu Santo. (Recíbelo como Señor y Salvador).
“Querido Dios: Sé que soy un pecador y te pido perdón. Creo que Jesucristo es Tu Hijo. Creo que Él murió por mis pecados y que Tú lo resucitaste. Quiero confiar en Él como mi Salvador y seguirle como Señor desde este día en adelante. Guía mi vida y ayúdame a hacer tu voluntad.Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”.
¿Oraste para recibir a Jesucristo y comenzar una relación con Él?