Me siento sola

¡Me siento sola! ¿Cuántas veces has pensado que si tan solo encontraras a la persona correcta, que te conociera y te amara perfectamente, entonces serías feliz? O tal vez te has dado por vencida e incluso estás aprendiendo a estar sola, pensando que a veces sería mejor así.

Las películas, las novelas y los programas de televisión tienden a mostrar la idealización de un amor perfecto, y presentan personajes que están dispuestos a hacer cualquier esfuerzo o sacrificio con tal de llegar a estar con esa persona, porque es la persona indicada, la única con la que la felicidad dejará de ser un sueño y se convertirá en una realidad.

Lamentablemente, hay muchas personas que aun estando con alguien, se sienten solos. Estos sentimientos resultan en una combinación de tristeza y soledad.

Ese deseo enorme e infinito que todos sentimos dentro de nosotros de sentirnos amados perfecta y totalmente no es casualidad. Dios lo puso en nuestro corazón. Y no hay nada malo en ello. Por el contrario, es un deseo bueno y puro, puesto que Dios así nos hizo. Sin embargo, ese vacío y ese deseo solo puede satisfacerlo una relación íntima y profunda con Dios. El verdadero deseo de nuestra alma no es otro ser humano: es Dios mismo.

Los seres humanos somos falibles. El amor que podamos recibir de otra persona nunca será suficiente y siempre nos dejará con una sensación de insatisfacción. Dios es el único que nos ama tan profunda y tan eternamente como lo anhela nuestra alma.

Una persona que entra en una relación de pareja sin haber encontrado la fuente de satisfacción perfecta en Dios, entra en la misma esperando y demandando recibir del otro lo que necesita para ser feliz. Y el único fruto posible es la frustración.

Entonces, ¿qué debes hacer cuando te sientes sola?

Sólo el amor de Dios puede llenar ese vacío y soledad en nuestros corazones. Fuimos creados para tener una relación con él, y no vivir tristes y solos. Sin esa relación, estamos incompletos. Hoy puedes decidir iniciar una relación íntima con Dios.

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Paso 1 – El propósito de Dios: la paz y la vida

Dios te ama y quiere que experimentes la paz y la vida eterna. La Biblia dice: “Tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. —Romanos 5:1 “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. —Juan 3:16 “Yo [Jesús] he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. —Juan 10:10 Entonces, ¿qué nos impide tener la vida que Dios ha planeado para nosotros?

Paso 2 - El problema: nuestra separación de Dios

Dios nos creó a su imagen y semejanza. Nos dio una voluntad y la libertad de elegir; nosotros elegimos desobedecer a Dios y seguir nuestros propios deseos. Esto se llama pecado y nos separa de Dios. La Biblia dice: “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios”. —Romanos 3:23 “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor”. —Romanos 6:23 Nuestra elección de pecar nos separa de Dios. La gente ha intentado muchas formas de acercarse a Dios para eliminar este distanciamiento. La Biblia dice: “Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte”. —Proverbios 14:12 “Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar”. —Isaías 59:2 No hay puente que pueda llevarnos a Dios... excepto uno.

Paso 3 - El puente de Dios: la Cruz

Jesucristo murió en la cruz y resucitó de la muerte. Al hacerlo, pagó la pena por nuestro pecado y tendió un puente entre nosotros y Dios. La Biblia dice: “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. —1 Timoteo 2:5 “Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios”. —1 Pedro 3:18 Dios ha proporcionado el único camino de vuelta a Él. Y tú debes elegir si quieres tomar ese camino.

Paso 4 - Nuestra respuesta: recibir a Cristo

Debemos confiar y recibir a Jesucristo como Señor y Salvador. La Biblia dice: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. —Juan 1:12 “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo”. —Romanos 10:9 ¿De qué lado estás? ¿Con Cristo o sin Él? He aquí cómo puedes aceptar a Cristo en tu vida: Te sugerimos que ores de la siguiente forma para aceptar a Cristo como tu Salvador:
 

“Querido Dios: Sé que soy un pecador y te pido perdón. Creo que Jesucristo es Tu Hijo. Creo que Él murió por mis pecados y que Tú lo resucitaste. Quiero confiar en Él como mi Salvador y seguirle como Señor desde este día en adelante. Guía mi vida y ayúdame a hacer tu voluntad.Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”.

¿Oraste para recibir a Jesucristo y comenzar una relación con Él?