¿La gente buena va al cielo?
Irse al cielo no tiene que ver con vivir una vida relativamente buena. Sí, Dios quiere que tratemos bien a los demás y que cuidemos lo que Él nos ha dado, pero el pasar una eternidad con Él en el cielo no tiene nada que ver con eso.
De hecho, no hay nada que podamos hacer para ganarnos nuestra entrada al cielo. Ni el ayudar a otros, ni el mucho esfuerzo, ni el servicio a la comunidad. Y eso es una buena noticia, porque no seríamos capaces de hacer lo suficiente.
Puede que no te consideres “una mala persona” y quizás no lo seas en comparación con otras. Pero Dios nos dice en la Biblia – su mensaje para la humanidad – que no hay un solo hombre que no tenga pecado (Romanos 3:23). Y es el pecado lo que nos separa de un Dios perfecto y santo.
El profeta Isaías alguna vez explicó, que incluso nuestros mejores esfuerzos e intenciones jamás serán dignos de Dios (Isaías 64:6)
Jesucristo, el Hijo de Dios dijo que el único camino al cielo es a través de la fe en Él (Juan 14:6). ¿Cómo es eso posible? Jesús, sin haber cometido pecado alguno, tomó nuestros pecados y los puso sobre Él, para que pudiéramos ser limpiados de nuestras imperfecciones y hechos santos delante de Dios. ¡Él borra nuestros pecados cuando confiamos en Él!
Pablo, un hombre piadoso, quien vivió alrededor de los tiempos de Jesús, escribió una carta a una iglesia diciendo: “Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte” (Efesios 2:8-9 NVI).
Dios quiere más que un comportamiento bueno y santo. Él quiere que lo conozcamos y que seamos conocidos por Él.
Puedes estar hoy seguro de tu eternidad con Él. Sigue leyendo.
Paso 1 – El propósito de Dios: la paz y la vida
Paso 2 - El problema: nuestra separación de Dios
Paso 3 - El puente de Dios: la Cruz
Paso 4 - Nuestra respuesta: recibir a Cristo
- Admite tu necesidad. (Soy un pecador).
- Decide en tu corazón apartarte de tus pecados. (Arrepiéntete).
- Cree que Jesucristo murió por ti en la cruz y resucitó de la muerte. (Sé salvo por la fe).
- Ora a Dios con tus propias palabras e invita a Jesucristo a controlar tu vida por medio del Espíritu Santo. (Recíbelo como Señor y Salvador).
“Querido Dios: Sé que soy un pecador y te pido perdón. Creo que Jesucristo es Tu Hijo. Creo que Él murió por mis pecados y que Tú lo resucitaste. Quiero confiar en Él como mi Salvador y seguirle como Señor desde este día en adelante. Guía mi vida y ayúdame a hacer tu voluntad.Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”.
¿Oraste para recibir a Jesucristo y comenzar una relación con Él?