¿Dónde está Dios?

¿Dónde estás, Dios? La manera en que haces la pregunta depende de la respuesta que estás buscando. El tono de tu voz y la expresión en tu rostro hace entender la intención de la pregunta. ¿Estás buscando conocer más sobre Dios, o estás luchando con una dificultad en la vida?

¿Dónde vive Dios?

Jesús es el hijo de Dios que fue enviado al mundo por Dios mismo. Jesús enseño muchas cosas, entre ellas, nos enseñó cómo orar. Jesús nos dio un ejemplo de cómo orar, iniciando la oración con: «Padre nuestro que estás en los cielos…» (Mateo 6:9). Dios vive en el cielo. La Biblia afirma esta declaración de Jesús en 1 Reyes 8:49, donde dice que Dios escucha nuestras oraciones y peticiones «desde el cielo».

¿Dónde está Dios ahora?

La definición de nuestra propia existencia está basada en un momento en la historia y un lugar físico. Pero Dios no tiene esas restricciones. Él siempre ha existido y es «omnipresente». Esto significa que Dios está presente en todos los lugares, en todo momento. No hay lugar en que Él esté ausente. Dios dijo, «¿Puede alguien esconderse de mí en algún lugar secreto? ¿Acaso no estoy en todas partes en los cielos y en la tierra?» (Jeremías 23:24, NTV).

¿Dónde está Dios en todo esto?

Muchos se hacen la pregunta: ¿Dónde está Dios?, pero lo hacen porque no logran entender por qué, si Dios existe, permite que existan tantos problemas.

¿Dónde está Dios…
– cuando sufrimos?
– cuando sucede una tragedia?
– cuando lo necesitas?
– cuando la vida duele?

Jesús le dijo a sus seguidores: «Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo» (Juan 16:33).

Jesús nos advirtió que la vida aquí en la tierra sería difícil, pero que Él lo resolvería todo al final. Mientras tanto, Él nos da su presencia en medio de todas las dificultades de la vida. Lo último que Jesús nos dio antes de regresar al cielo, fue una promesa.

«Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos» (Mateo 28:20).

Jesús quiere estar contigo en las buenas y en las malas. ¿Deseas tenerlo a Él en tu vida?

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Paso 1 – El propósito de Dios: la paz y la vida

Dios te ama y quiere que experimentes la paz y la vida eterna. La Biblia dice: “Tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. —Romanos 5:1 “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna”. —Juan 3:16 “Yo [Jesús] he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia”. —Juan 10:10 Entonces, ¿qué nos impide tener la vida que Dios ha planeado para nosotros?

Paso 2 - El problema: nuestra separación de Dios

Dios nos creó a su imagen y semejanza. Nos dio una voluntad y la libertad de elegir; nosotros elegimos desobedecer a Dios y seguir nuestros propios deseos. Esto se llama pecado y nos separa de Dios. La Biblia dice: “Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios”. —Romanos 3:23 “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor”. —Romanos 6:23 Nuestra elección de pecar nos separa de Dios. La gente ha intentado muchas formas de acercarse a Dios para eliminar este distanciamiento. La Biblia dice: “Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte”. —Proverbios 14:12 “Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar”. —Isaías 59:2 No hay puente que pueda llevarnos a Dios... excepto uno.

Paso 3 - El puente de Dios: la Cruz

Jesucristo murió en la cruz y resucitó de la muerte. Al hacerlo, pagó la pena por nuestro pecado y tendió un puente entre nosotros y Dios. La Biblia dice: “Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. —1 Timoteo 2:5 “Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios”. —1 Pedro 3:18 Dios ha proporcionado el único camino de vuelta a Él. Y tú debes elegir si quieres tomar ese camino.

Paso 4 - Nuestra respuesta: recibir a Cristo

Debemos confiar y recibir a Jesucristo como Señor y Salvador. La Biblia dice: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. —Juan 1:12 “Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo”. —Romanos 10:9 ¿De qué lado estás? ¿Con Cristo o sin Él? He aquí cómo puedes aceptar a Cristo en tu vida: Te sugerimos que ores de la siguiente forma para aceptar a Cristo como tu Salvador:
 

“Querido Dios: Sé que soy un pecador y te pido perdón. Creo que Jesucristo es Tu Hijo. Creo que Él murió por mis pecados y que Tú lo resucitaste. Quiero confiar en Él como mi Salvador y seguirle como Señor desde este día en adelante. Guía mi vida y ayúdame a hacer tu voluntad.Te lo pido en el nombre de Jesús. Amén”.

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